A finales de 1980 en el libro Les yeux ouverts, la escritora estadounidense Marguerite Yourcenar llegaba a una conclusión imprescindible para quienes creen en fuerzas superiores: “Casi siempre es necesario un toque de locura para construir un destino”. Lo que ella ignoraba es que el dedo flamígero que mueve los hilos de este circo llamado planeta, a veces es perezoso y le da por hacer de la obviedad, el camino.
Mick Rock nunca tuvo posibilidad. Desde que vio la luz un probablemente lluvioso día de 1948 —¿existe otro clima en Londres?—, su vida estaría ligada a la música. Sería el hombre que capturaría el Rock de los setenta.
Desde sus inicios como fotógrafo ocasional, casi accidental, y con la explosión creativa de finales de los 60 e inicios de los 70 como telón de fondo, tuvo sus primeros acercamientos con la industria musical. Fruto de ello son las primeras imágenes para Sid Barret y el descubrimiento en la escena underground de quién a la postre sería una de las más innovadoras estrellas del glam: David Bowie.
Este fotógrafo ha logrado capturar momentos cotidianos de personajes totalmente excéntricos. El glam de los 70 se refiere a una cuestión de actitud más que de apariencia, por lo que al ser un joven rebelde, Mick logró gran empatía con quienes empezaban sus carreras, de tal forma adquirió reconocimiento, que le permitió colaborar con portadas de álbumes como Queen II y Sheer Heart Attck de Queen, End of the Century de The Ramones o Space Oddity de David Bowie, bases de la inmortalidad de estos genios musicales
Parece que Rock además de tener un buen ojo fotográfico, tiene ojo de mánager. Un hombre con cámara lista y retratando a quienes se han convertido en leyendas musicales. En tiempos más actuales, su lente apuntó hacia Stefani Germanotta, conocida hoy como Lady Gaga. Cuando Mick Rock la escuchó decir lo grande que sería, él pensó que tenía toda la actitud para alcanzar el éxito.
Mick Rock retrata la esencia de las propuestas musicales y visuales que han ofrecido infinidad de artistas, tan sólo al ver las fotografías que ha logrado ¿quién no se contagia de esa actitud tan desinhibida?
Escrito por Kariz Carriche