¿Cuál es la relación entre hombre y animal? Jean-Baptiste lo responde con L’Homme et l’Anima. En sus palabras:
«El hilo conductor de esta exposición es el amor que los hombres tejen con los animales y la naturaleza. Una persona que protege, la otra que mata, en cada foto trato de sentir lo que une a estas personas».
Como alguna vez alguien me dijo en una conversación: «el caníbal justifica su necesidad de consumir al otro en un amor universal, en el que se necesita que el otro forme parte de ti completamente». ¿No es acaso de esa forma como funciona el pensamiento de la comunión religiosa: comiendo la carne y sangre del salvador?, un amor que puede llegar a trastornar los límites y dar esa sensación de intranquilidad. Las fotografías de Jean-Baptiste hacen pensar en esos escenarios en que el amor trastoca los límites entre aprecio, amor y compulsión.
Quedan más interrogantes al ver las imágenes: ¿quién tiene mayor aprecio por el animal, el que lo cuida como animal de compañía, el que lo trata como un miembro de la familia, o el que lo preserva para un placer contemplativo a posteriori?
Las fotografías de esta serie llegan a hacer pensar al espectador acerca de dichas cuestiones, en el límite de la discusión del trato ético a los animales: ¿acaso las fotografías «Marie» y «Marie#1» son protaurinas?.
La naturaleza muerta complementa el conjunto, habla sobre la fragilidad y lo efímero del entorno.
Al final como seres vivos y perecederos nos llega la muerte, una sensación de melancolía y finitud se apoderan de quien ha llegado a contemplar toda la serie con gran detenimiento, pero sin dejar espacio a esa sensación de vacío que puede llegar si se piensa en la ausencia.
Al parecer hay una similitud entre animal y hombre, una fuerza que logra la conjunción entre estos dos personajes en el mismo espacio. Al final ¿quién acompaña a quién, el hombre al animal o el animal al hombre? El ser humano termina transmutado y se convierte en parte de aquello que le acompaña, se fusiona y usa a modo una cornamenta o se convierte en un buen guardián y compañero.
La obra de Jean-Baptiste Senegas puede contemplarse en su página web.
Texto por Carlos Martínez