Estuvo a punto de perder los mejores años de su vida en una cárcel, pero escapó para realizar por lo menos dos de las fotografías más memorables del siglo XX.
Philippe Halsman nació en una familia judía en Riga (Lituania) y estudió ingeniería eléctrica en Dresden (Alemania). Cuando tenía 22 años, en septiembre de 1928, fue acusado falsamente de matar a su padre durante un viaje por Austria —un país profundamente antisemita— y fue sentenciado a diez años de trabajos forzados. Cartas en su apoyo de intelectuales tan prestigiosos como Freud, Einstein y Thomas Mann lograron que fuera liberado dos años después.
Dejó Austria por Francia, donde comenzó a colaborar para revistas de moda como Vogue. Al inicio de la Segunda Guerra Mundial huyó a los Estados Unidos, donde comenzó a colaborar ampliamente con revistas como Life.
A finales de los años cuarenta comenzó a colaborar con el artista surrealista Salvador Dalí, y en 1948 realizaron una de sus fotografías más famosas, Dalí Atomicus, que explora la idea de la suspensión —tan de moda ahora gracias al uso del software—. La imagen muestra tres gatos volando, un cubo de agua derramándose y a Dalí suspendido en el aire. El título de la foto es una referencia a la pintura Leda Atómica, que puede verse detras de dos de los gatos. Se hicieron 28 tomas antes de obtener el resultado deseado, y se usó retoque análogo para borrar los cables. Puedes ver una breve historia del proceso en esta página.
Aún más conocida que la foto de Dalí es el retrato que Halsman le hizo a su benefactor Albert Einstein, quien durante la sesión le contó que se arrepentía —después de Hiroshima y Nagasaki— de haberle pedido al gobierno de los Estados Unidos que desarrollaran la bomba atómica para no quedar en desventaja frente a Hitler, quien supuestamente tenía científicos a punto de obtenerla. La foto fue usada en una estampilla y luego, en 1999, en la portada de la revista Time, cuando ésta declaró a Einstein «Persona del Siglo».
Luego de la fotografía de Dalí en el aire, Halsman desarrolló un afición por realizar retratos de celebridades saltando. Su fama era tal que desde los duques de Windsor hasta Marilyn Monroe saltaron para su cámara, incluyendo a la mismísma María Félix, la Doña. Con los retratos que obtuvo publicó luego un libro llamado Philippe Halsman’s Jump Book.
Puedes aprender más sobre este gran fotógrafo en el blog de www.oscarenfotos.com