A simple vista el trabajo de estos dos hombres, Karl e Ian Jackson puede hacernos pensar en alguna película de terror, pesadilla o idea macabra que ya no recordábamos.
“Él exige con un ¡calla!, mientras se entrega a sus búsquedas hedonísticas”
Su trabajo Los relatos cataclísmicos del Instituto Binario se exhibía en Sidney durante el 2010 y está compuesto por una serie de autorretratos que dejan mucho a la imaginación. Dentro de las imágenes, observamos generalmente dos cuerpos, a veces amordazados, flechados u ocultos; otras sentados, firmes, buscando contacto visual con el espectador.
Lo curioso, son los ambientes que acompañados de títulos que parecen sacados de algún relato famoso que no hemos leído, representan una invitación a imaginar historias, ¿cómo llegaron ahí?, ¿quién es quién? y ¿quién sería yo?
“Él hubiera alcanzado el pronóstico hace mucho tiempo si no fuera por su condición”
Todo lo anterior parte de la intención de generar preguntas y conflictos ante el público que ensimismado en la individualidad, omite cuestionarse acerca de las dualidades y más allá, de las múltiples formas de construir personalidad.
Los gemelos, familiarizados no sólo con la idea de ser dos, uno por separado y uno mismo, indagan en las formas casuales de visualizar el bien y el mal, lo positivo y lo negativo al interior de desórdenes de personalidad múltiple y falsa identificación, teniendo por resultado esta serie de fotografías, que sin lugar a dudas a más uno le parecerán siniestras.
“Confinado a su agonía, se arrulló hasta el olvido”
Es importante señalar, que los títulos sí buscan parecer citas, pero no lo son. Karl e Ian se las ingeniaron para lograrlo muy bien.
Texto por Yenni Jiménez