Irving Penn es uno de los grandes retratistas y fotógrafos de moda estadounidense más reconocidos del siglo pasado. Dedicó parte de su trabajo al diseño y la publicidad en revistas como Vogue, así como a retratar en alto contrastes de blanco y negro.
La carrera de Penn abarcó casi sesenta años y un amplio espectro de trabajos, especialmente para la revista Vogue, pero también retratos, fotografías publicitaria y de tribus.
El clásico ‘menos es más’ se convirtió en su lema, debido a que valía su técnica en mayor parte en la iluminación. Revivió la técnica de platino-paladio, además, el fuerte contraste del blanco y negro fue su marca personal.
La modelo Lisa Fonssagrives-Penn fue su esposa y su musa, a la que inmortalizó en la famosa Woman With Roses, tomada en 1950. Truman Capote, Jean Cocteau, Marlene Dietrich, Jean Cocteau, Colette, Alfred Hitchcock o Miles Davis son otros de los personajes que fueron retratados por su cámara.
Trabajó durante dos años como diseñador freelance y empezó a realizar sus primeras fotografías como profesional antes de que en 1940 Brodovitch fuera contratado como director de arte en los almacenes de lujo Saks.
En México, donde se dedicó a la pintura durante un año, comenzó su contacto con importantes empresas en Estados Unidos y partió solo para unirse a las filas de Alexander Liberman, pues le ofreció entrar en el Departamento de Arte de la revista Vogue.
Después de un tiempo trabajando como diseñador, Liberman lo impulsó para que probara con la fotografía. Pronto descubrió su pasión por esta disciplina.
Tras largas horas de experimentación con la luz y en el cuarto oscuro, Penn logró el dominio técnico.
Pero el secreto de su arte partía de una convicción: el ingrediente más importante en la fotografía está en la captura de un alma, a través del vuelo de un vestido o un trozo de carne. Es parte de un mismo misterio que puede sólo ser indagado pero nunca reconocido.