6 malos hábitos de los fotógrafos
A veces parece que nos saboteamos, pues tenemos y mantenemos horribles hábitos que siempre nos causan problemas como fotógrafos, por eso reunimos aquí algunos para que tú sí tomes medidas y los dejes de hacer sin ir a un grupo de autoayuda.
No descargar las fotografías después del evento o sesión.
Nos confiamos y lo pasamos para «luego» o «más tarde», dejamos las fotos en las tarjetas de memoria, y así es como terminamos con historias tristes como «no sé porque no puedo leer la tarjeta, el día de la toma funcionó bien» ¡O peor! «Perdí o me robaron la memoria».
No formatear las tarjetas de la memoria antes de volver a usarlas.
Descargas tus fotos, olvidas borrar tu tarjeta de memoria, te pones a tomar fotos y de repente te das cuenta que la tarjeta no estaba limpia, es tarde para borrar todo y ahora debes:
a) aguantarte con esas fotos hasta descargar de nuevo en la computadora (y por supuesto olvidarte de ese espacio en la tarjeta para hacer fotos) o
b) sentarte a borrar de a una por una y gastar tu tiempo y tu batería en eso.
Dejar la Zapata en la cámara en lugar del tripié
Tiro por viaje: tienes prisa por terminar tus fotos y la sesión, así que en lugar de guardar todo en su lugar, dejas intencionalmente detalles sueltos, como la Zapata del tripié en la cámara. Piensas que más tarde lo vas a acomodar en su lugar (trabajas doble), peeeeeeero en próxima sesión no usas tripié, la zapata te estorba y la quitas ¡Y pum! La siguiente vez descubres que has perdido la Zapata y si tu tripié es de marca (obvio Manfrotto) tienes la fortuna de poder sustituirla, pero si no, adiós tripié, ha quedado inservible.
No enviar los equipos a mantenimiento
Justo como le hacemos con nuestra salud, vivimos en la cultura de la emergencia cuando deberíamos ir al médico como cultura preventiva. Así lo aplicamos también con nuestros equipos, vamos hasta que dejan de funcionar correctamente en lugar de destinar parte de los ingresos a un mantenimiento regular y eso aplica para tripiés, equipos de iluminación, cámaras, y demás. Pregunta sobre este tipo de servicios con los distribuidores autorizados o directamente con tu proveedor de cámara.
Desorden total en los archivos
Esos miles de archivos DSC_# metidos en carpetas llamadas «editadas» «finales» «las que envíe» ¡Uf, qué manía de no ordenar los archivos desde un inicio! La regla es, si buscas unas fotos y no puedes encontrarlas rápidamente es porque están en el lugar equivocado y de hecho deberías moverlas justo donde empezaste a buscarlas.
Aquí sí, cada quien cataloga de acuerdo a su lógica, pero lo que debes evitar es posponer la organización de archivos, que luego se vuelven cientos de GB que se hacen pesadísimos de acomodar.
Tardarse meses ¡hasta años! en entregar trabajos
A veces esto es resultado de varios de los puntos anteriores (aquí excluimos los casos en los que los clientes no cooperan para entregarles el trabajo). Nos referimos a la costumbre de no considerar la edición (tiempo subestimado en muchos casos) como parte del trabajo y algunos editan hasta que ya requieren el 50% del pago del trabajo por la entrega del material. Si te pasa eso, considera contratar a alguien más que edite tu material, cuenta con nosotros para ello 😊.
Meter la tapa del lente y las memorias a la bolsa del pantalón o en cualquier otro lugar (que por supuesto no es «su lugar»)
Quieres empezar lo antes posible tu día y a hacer fotos, y se te hace fácil meter la tapa de la cámara en tu bolsa del pantalón, lo mismo haces con una memoria extra que llevas. Luego te estorban, salen del pantalón y llegan a otro lado y de ahí se pierden. Esos accesorios tienden a tener tristes finales. Por eso es mejor darles un lugar que puedas usar siempre y sin importar donde estés.
Así la cosa, los fotógrafos y fotógrafas somos un estuche de monerías, pero mientras más organizados seamos, más podremos sacarle jugo a nuestra profesión.
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