Herman Leonard, el gran fotógrafo del jazz
Se ha dicho que sus fotografías son la mejor representación visual del jazz, y sin embargo, la obra Herman Leonard pasó desapercibida para el gran público durante décadas, hasta que a finales de los años 80s del siglo XX una gran exposición y varios libros lo dieron a conocer en todo el mundo.
Sus inicios
Desde muy joven tomó la cámara y estudió la carrera de fotografía, además de trabajar como ayudante con el gran retratistas Yousuf Karsh. Se mudó a Nueva York como fotógrafo freelance y allí comenzó a documentar la escena del jazz, que en ese momento contaba con estrellas tan legendarias que no es necesario ponerles apellido para reconocerlas: Ella, Billie, Miles, Duke, Dizzy, Frank. En realidad Leonard nunca tuvo la idea de llevar a cabo una serie con su trabajo. Simplemente le gustaba el jazz, no podía pagar la entrada y el consumo en esos clubes y les ofrecía a los dueños fotos para los carteles, a cambio de que lo dejaran entrar.
Las fotos de Jazz
Las fotos de jazz en aquella época le interesaban a muy pocas personas, así que cuando Leonard se volvió un exitoso fotógrafo de revistas se mudó a París y guardó en una caja de cartón sus fotos. Cuando se cansó del frenético ritmo de vida de los fotógrafos de celebridades se retiro a Ibiza, en España, donde pronto se quedó sin dinero y fue entonces cuando tuvo la idea de promocionar aquellas fotos que todavía guardaba en una caja.
El libro y la exposición subsecuente fueron un éxito y le permitieron comprar una casa en Nueva Orleans, para pasar sus últimos años en la cuna de la música que tanto amó. En el 2005 el hucarán Katrina inundó su casa y destruyó 8 mil impresiones de su colección, pero sus negativos se salvaron.
Leonard llegó a su estilo de film noir por la necesidad. Mientras otros fotógrafos llevaban cinco o seis luces para iluminar un escenario él sólo tenía dos, por eso sus fotos adquirieron ese aspecto de luz de luna. Fotografiar a los músicos en acción en esa época era muchísimo más difícil que ahora. Él usaba una cámara Speed Graflex, de placa, que sólo permitía dos disparos consecutivos y no tenía autoenfoque ni visor. Gracias a su trabajo hoy podemos ver en acción a los músicos que hicieron del jazz un arte a mediadios del siglo XX.
Para saber más de él puedes ver su página web.