La tarde de julio anunciaba una lluvia abundante y ante esto, sólo podíamos elegir cobijarnos bajo la estación Garfield Parking o dentro del propio invernadero. Elegimos la segunda.
Al occidente de Chicago encontramos el Invernadero Garfield Park que está abierto al público desde 1874 y que a lo largo del tiempo se han ido haciendo mejoras que permiten en la actualidad albergar flora que podemos encontrar en selvas tropicales o aquella que sólo podremos encontrar en las tierras más áridas de América.
Al cruzar el primer par de puertas ya puedes ver las verdes malezas, justo detrás de la recepcionista y al cruzar las siguientes, el ambiente ya sabía tropical. Hojas de por lo menos metro y medio de largo que arqueaban dando la bienvenida a todos los visitantes de diversas nacionalidades.
Al entrar a la próxima sección, un estanque te invita a pasar el rato viendo caer el agua de cascadas diseñadas para filtrar y oxigenar, donde puedes encontrar distintos tipos de peces Koi. Más adelante, había otro estanque más pequeño, con caída de agua más ligera y todo ad hoc para la estancia de un Axolote albino, con algunos peces de menor tamaño para su alimentación.
En contraste con el resto de secciones, encontramos una completamente seca, llena de árboles resistentes a sequías, suculentas, xerófitas, entre otras de diferentes alturas y grosores.
Al final, en la parte exterior trasera, puedes encontrar ejemplos de huertos, un laberinto con piedras de río y algunos columpios; espacio predilecto para los visitantes más jóvenes. Nuestra curiosidad paró en una pregunta: ¿qué tal estará en invierno?, la respuesta se resolvería en una próxima visita.